Hojitas de otoño

Hace días que las ideas me llevan a un lado solo.
No sé porque, no entiendo pero me pasa a veces.
Peleo contra eso, me resisto pero caigo cada cierto tiempo en pensar en ciertas cosas.
Ya me pasó cuando mi amiga Marisa volvió de Lituania. El ámbar me tuvo varios días “ocupada”.
Es como tener un pantallazo de otra vida, o lo que es peor de una vida que nunca fue, como los recuerdos inventados.
Porque tal vez eso es el recuerdo, la imagen a tu medida de aquel hecho objetivo. Distorsionada.
Pero el primero de Mayo, salí como siempre para el acto.
Yo subo por AvenidaDelLibertadorBrigadierGeneralJuanAntonioLavalleja (abro paréntesis acá, porque al que se crió en La Aguada, le debe rechinar hasta la médula el renombre de calles. Agraciada es Agraciada y muere allá arriba y no el Palacio).
Bueno, el primero de Mayo, ya sentía que la cosa venía así. De golpe, desvié y me mandé por Figueroa en vez de Agraciada. Frené en lo de la Baba. Saqué fotos y todo

Volviendo al cuento si Agraciada es Agraciada entonces Sierra es Sierra…cuando era doble mano y yo venía de la escuela 151 en Piedra Alta y Nueva York.
Salía caminando por Nueva York para arriba, cartera en mano corriendo a tomar el 148. Si, cartera.Portafolios de cuero, con bolsillos, hebillas e ainda mais.
Eso cuando era mas grande. Porque cuando era mas chica y no podía irme sola me venía a buscar el padrino.

Salir a las 5 en punto y que el estuviera parado en la vereda de enfrente, justo al lado del árbol era un placer. Traje oscuro, siempre elegante. Metro ochenta y tres, ojos verdes.
A las 5 de la tarde, ese era mi mundo de lunes a viernes.
Cruzaba y nos íbamos, pateando hojitas de otoño hasta Figueroa y Nueva York.
Pero cuando llovía el mundo era otra cosa. Cuando llovía, esa zona de La Aguada, se hundía, como hasta el día de hoy. El agua corría fuerte por las veredas y arrastraba las hojas de los plátanos que formaban galería sobre Nueva York. Ahí la cosa cambiaba. Aparecía el padrino con un paraguas negro gigante que todavía guarda mi mamá.
Botas de lluvia bien calzadas para subirme a upa y llevarme así hasta la casa. Ahí quedaba yo, protegida por ese gigante con los pies en 20 centímetros de agua que iba pateando fuerte el agua para divertirnos. El se mojaba, pero yo no. Yo…abrigadita en su brazo mientras con el otro sostenía el paraguas. Eso era para mí la mayor seguridad del mundo, el agua no me tocaba. Y frío tampoco hacía. Así llegábamos a tomar la leche a lo de la Baba. Por eso, solo por eso es que cada vez que llueve, y si llueve fuerte mejor…yo tengo una sonrisa idiota en la cara y busco excusas para salir a la calle a mojarme un rato. Porque vuelvo de golpe a la escuela, a mis seguridades y a mis buenos recuerdos.
En este viernes de tormenta, disculpen si me los cruzo por la calle y voy mirando para arriba sonriendo mientras la gente rezonga con la lluvia …..es que voy segura.
Me voy, canturreando una canción de Blades ....

Norte claro y Sur oscuro aguacero viene seguro
De puntillas, para que no duela
mi recuerdo trae la voz de abuela:
los años nos hacen libres, o prisioneros.
Un vaso medio vacío también está medio lleno.
La vida es una ventana, o un basurero,
según el punto de vista que defina el pasajero.
Viene el agua, nos anuncia el trueno
parpadeando se derrama el cielo.
La mano de mi abuelita
me lleva entre el aguacero
hacia una ciudad distinta,
donde se vivió sin miedo.
Sin rejas en las ventanas,
sicarios o pordioseros,
ni arañas haciendo nidos
en nuestra ilusión y sueños.
Viene el agua... Aguacero.
Mi ciudad se ha vuelto dura
y sabe a fuego,
un torbellino de buitres
entristeciendo sus techos.
Pero crece mi confianza,
al ver entre el aguacero
el rostro de mi abuelita,
que me hace creer que puedo.
Claro oscuro, gris silencio...
Esperanza! hoja al viento.
Huele a agua y hoy, de nuevo,
nuestro barrio respira cielo.
Viene el agua, otro tiempo....
Abuelita... creo que puedo!

Comentarios

Anónimo dijo…
Yo tuve una cartera de esas! la usé 4, 5 y 6o. era grandota y genial para subirme al bondi y abrirme paso entre las medias de nylon de las viejas hasta la puerta...
Cuando vivi con mis abuelos me tocó en Agraciada casi Mercedes, recuerdo que me costó un huevo pasarme al Avda. Libertador porque mi abuela me había enseñado la dirección en verso y después no hubo rima posible.
Qué lindo el recuerdo de la lluvia! Acá en el DF cuando deja de llover, a veces el olor me recuerda a Montevideo, entonces cierro los ojos y me hago un viaje.
Saludos!
Ámbar - L@M@g@ dijo…
lamaga...demasiadas casualidades, mi prima vive en cuernavaca, morelos
saludos.
ID CAUA dijo…
hola Maga llevo anos haciendo "serch" de la escuela piedra alta *asi es como siempre la llame pero cero que x la tarde era la escuela publia 131 si no me equivoco..... yo fui a esa escula y la verdad que tu historia me trajo muchos recuerdos .... acerca de los dias de lluvia ...vivia en Pozos del Rey y Yaguaron era un rio esa esquina
Ámbar - L@M@g@ dijo…
Era la 131 en la tarde!!!
A la que yo iba también....capaz fuimos compañeros!!